viernes, 1 de mayo de 2015

Querido folio.

Tú con frío y yo arropándote con letras, llega el invierno y vuelvo a escribirte, quizá porque sé que al final solo te tendré a ti o porque también sé que nadie me entenderá así. Por eso de que antes de mi llegada eres vacío, absoluto silencio al contrario que en mi cabeza. El caos se hace insoportable y te busco, lleno tus infinitos espacios en blanco y me libero la conciencia. La lluvia ahí afuera me recuerda la guerra que hay aquí dentro, gotas cual balas preparadas para perderse en la batalla como mis lágrimas, aquí no hay ganadores solo un único deseo, que acabe pronto, que cese el ruido, que este infierno no sea tan frío. Aullando al calor como el lobo a la luna, envidiando el fuego como el pobre al rico, odiando el hielo casi tanto como a mi misma. Y qué voy a hacer cuando me quede a oscuras,cuando tan siquiera pueda escribirte por falta de claridad, cuando no tenga tinta para quitarte el frío, para vestirte de sentimientos, qué voy a hacer sin ti querido folio cuando acabe esta guerra y no queden más que ruinas. Parte de esta ciudad ya ha sido arrasada, ya no existe hogar ni hoguera, nada es seguro, el miedo acecha en cada acera y la desconfianza que lo hiela todo siempre permanece.