domingo, 29 de septiembre de 2013

Gritos del alma.

Cuando llega la noche y con ella, la oscuridad los gritos del alma no me dejan dormir. Son gritos de silencio en los que no dicen nada y solo callan. Callan ante esa oscuridad como si la temieran, aunque saben que es su hogar, bendito silencio que no me deja dormir. Es el mismo silencio que me acerca a la muerte y me tranquiliza, es esa soledad. Porque ¿Qué es la muerte, sino una soledad perfecta? Es ese vacío que existe en todo mi ser y nada puede llenar, como la soledad o el silencio, nadie puede callar al silencio. Y es que he deseado tanto la muerte que ya no merezco la vida. Las personas no entienden que ser yo, estar sumida en esta negra oscuridad, esta noche constante que nunca tendrá un amanecer, porque el sol se ha cansado de brillar para unas nubes que ni reparan en que está ahí, intentando brillar, peros estas son ciegas o el sol demasiado invisible y lo tapan, al principio era solo un cielo gris, nublado, pero después llegó la noche y aun no se ha ido.

Soledad.

Eres mi mejor amiga. Siempre has estado ahí, allí a donde vaya, haga lo que haga, siempre estás en mi. Querida soledad, contigo he nacido, y contigo me iré de este mundo. Porque nacemos y morimos solos. Y aunque queramos engañarnos y pensar, una vez mas, que no es verdad, que existen personas que te acompañan en esta realidad, no es así. Solamente es otra persona con su soledad cerca de ti, no es más que eso. Porque aún rodeada de gente el sentimiento de estar sola no desaparece, nunca se marcha, nunca nos deja solos, valga la rebundancia. Por eso, te dedico estos párrafos, a mi mejor amiga, la única que camina conmigo, soledad.